De nuevo se colocó la imagen de nuestro titular junto a Santa María Magdalena en un altar para que la gente del barrio y la hermandad pudieran acercarse a ellos y, después de la misa, poder besar el pie del Resucitado. También varios de los asistentes quisieron besar las manos de María Magdalena.
Para esta misa, como viene siendo habitual, la Virgen de la Cabeza sigue con su ajuar con el que procesiona el Domingo de Resurrección.
Este acto no es sino uno más de los que organizamos con el objetivo de que nuestros hermanos sientan ese fervor y devoción por Jesús Resucitado y María Magdalena y aumentar la profundidad espiritual en nuestra hermandad.
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